Cuando crecer no es suficiente.
Domingo Sifontes
Comité de Economía de la AEEC

Cuando crecer no es suficiente

La economía venezolana experimentó entre octubre de 2003 y marzo de 2009 su expansión más importante en los últimos 25 años, era la época del boom de los precios del petróleo. Este período de 22 trimestres consecutivos se vio eclipsado ante la contracción económica sufrida a partir del año 2014 y aparentemente finalizada en 2021.

Esta etapa ha sido la de peor desempeño económico en la historia reciente del país. No existe algún episodio medianamente parecido de descalabro económico ni siquiera en la región. Lo sucedido durante este período ha hecho de la economía venezolana un caso de estudio.

Generar crecimiento económico no es necesariamente difícil, en el mundo contemporáneo existen consensos respecto al tema y de cómo esto se puede convertir en progreso para la sociedad. Lo que si requiere es disciplina y más importante aun: credibilidad. Lamentablemente ninguno de estos factores está presente actualmente en la economía venezolana.

Todo indica que lo peor de la etapa de contracción económica ya sucedió, sin embargo, eso no quiere decir que de ahora en adelante todo será más sencillo y la economía volverá a los niveles previos de la debacle.

En las actuales circunstancias el crecimiento del PIB es una condición necesaria pero no suficiente para regresar a la senda de prosperidad que todo el país anhela. Para ello se necesita crecer a tasas elevadas y para esto se necesita un plan de reformas económicas de envergadura.

Actualmente no existe un plan de reformas que permita pensar en la posibilidad de una senda de crecimiento económico sostenido que en el mediano y largo plazo ubique a la economía en los niveles previos de la debacle. La economía está a la deriva a pesar de que muchos no lo crean.

Lo que existe en el país hoy son oportunidades de negocios que no es lo mismo ni se parece a un plan económico. Estas oportunidades se centran en sectores que en algún momento dejarán de aportar de manera relevante algún impacto en la estructura económica del país.

Que existan oportunidades de negocios en determinados sectores no significa que la economía muestre signos de recuperación y vitalidad. Las comparaciones que se realizan para valorar el desempeño económico venezolano carecen de rigor y muchas veces obedecen a intereses particulares.

Es cierto que la economía dejó de contraerse pero el reto que se tiene por delante va muchos más allá de mostrar la cifra de crecimiento económico respecto al año anterior. Se necesitan consensos sobre cómo lograr que la economía crezca a tasas elevadas durante la próxima generación y eso, lamentablemente, no se están discutiendo.

Mientras la economía venezolana siga funcionando como lo ha hecho durante los últimos dos años será muy difícil regresar a los niveles previos de la debacle. No solo se trata de hacer crecer la economía sino de retornar a donde estábamos y así como se está haciendo es prácticamente imposible.

Para que la economía venezolana retorne a la prosperidad se necesitan acuerdos no solo en lo económico sino en lo político e institucional que permitan sentar las bases de un nuevo acuerdo nacional y el compromiso de las partes involucradas en cumplirlo.

Mientras esto no suceda lo que se tendrá son disputas entre sectores por maximizar de la mejor manera posible las oportunidades que presenten. Por eso es que crecer no es suficiente, se necesita una hoja de ruta que establezca los mecanismos económicos, políticos e institucionales a seguir para la verdadera recuperación económica.

Mientras tanto se seguirá desarrollando una estabilidad artificial que bajo ningún concepto significara el regreso de la economía venezolana a la senda del crecimiento económico y la prosperidad.