Según el ente emisor, hasta el primer semestre de este año Venezuela tiene cuatro trimestres continuos de crecimiento sostenido de la economía real a dos dígitos. En el tercer trimestre de 2021 el PIB creció 14,85% y el cuarto aumentó a 19,07% con respecto al mismo periodo de 2020.
Fuente: BCV, 2022.
Con esos registros, el cierre del año 2021 representó el segundo mayor crecimiento de la región, y en este 2022, el PIB del primer trimestre creció 17,04% con respecto al de 2021, y entre abril y junio, el registro estimado, que considera sólo la economía del sector privado, es de 18,70%, que sería el más alto de la región latinoamericana.
Resaltó en el anuncio oficial la declaración de que “la política fiscal, la monetaria, la cambiaria, se han fortalecido y hemos avanzado en los principales objetivos de estabilización, reducción de la inflación y entrar con fuerza en la fase de crecimiento”. Al respecto, casi dos meses después, es conveniente hacer algunas precisiones.
Continúa la Opacidad de las Estadísticas de PIB.
El Banco Central no publica las cifras del PIB, ni consolidado ni sectorial, desde el primer trimestre de 2019. Aún después del anuncio de agosto, que se refiere solo a PIB trimestral consolidado, sin especificar datos de crecimiento por sectores, las cifras aún no han sido publicadas en el portal oficial de estadísticas del BCV.
Además, el ente emisor se salta nueve periodos trimestrales, las estadísticas del PIB desde el segundo trimestre de 2019 hasta el segundo trimestre de 2021 continúan sin informarse, en una suerte de invisibilidad estadística de 27 meses de los 48 de economía hiperinflacionaria sufridos en el país.
La falta de registros de PIB trimestral previos, sumada al retardo y la informalidad de presentación de los datos hecha en agosto, refuerzan los argumentos de sobreestimación de las cifras.
¿PIB Trimestral Récord?
El incremento de la actividad económica desde finales de 2021 es obvio, pero cualquier medición surge de una base de comparación muy baja, dada la histórica contracción de la economía desde 2014 hasta el tercer trimestre de 2021. Siendo la venezolana la economía latinoamericana que más ha caído, hasta el menor estímulo resaltará sus indicadores.
Después del histórico desplome económico, y del fin técnico de la hiperinflación a costa de minimizar la inversión pública y de inducir la pulverización de los salarios del sector público por la inflación y la devaluación; mayores libertades para la actuación del sector privado fueron imprescindibles para dinamizar la economía y sacarla del foso.
Sin embargo, los beneficios de este crecimiento son sectorialmente parciales, sin impactos significativos en la productividad ni en la manufactura, y con amplia base en la economía importadora. Además, la producción petrolera, que promedia hasta agosto los 730 mil barriles diarios, aún es espasmódica y ve de lejos la meta del millón de barriles diarios.
Las características de la mayor fluidez económica delatan la desigualdad y la insostenibilidad del impulso, ya que no se debe a cambios estructurales, por lo que es cuestionable el anunciado fortalecimiento de la política económica.
Datos independientes de crecimiento del PIB
Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), comparada con el primer trimestre de 2021, la economía de Venezuela creció un 7,8% en el primer trimestre, gracias al incremento de 41,7% interanual trimestral de la actividad petrolera, pero, para el mismo periodo, se redujo la actividad del sector financiero en 7,9 % y la del sector público 37,5 %.
En el segundo trimestre, también según el OVF, el incremento de la economía se situó en 16,6 %, atribuido al ascenso de la producción petrolera en 36,3 %, a un modesto repunte de 21 % en el crédito, a pesar del candado de 73% de encaje legal, y también, por el aumento de la recaudación fiscal caracterizada por su voracidad.
De lo anterior, el OVF estimó un 12,3 % de crecimiento durante el primer semestre de este año, comparado con el mismo periodo en 2021. Pero ya desde abril se sintió la desaceleración, cuando el tipo de cambio y la inflación repuntaron y la demanda comenzó a decrecer.
Los Salarios Reales
Frente a la fabulosa mejoría económica informada por el BCV, hacen enorme contraste los salarios reales dolarizados tanto en el sector privado como en el público, pero más intensamente en este último.
En el primer semestre de 2022 los salarios reales en el sector privado, comercio y servicios, que representan el 65% del empleo, decrecieron 5,7%, y la caída no fue compensada por el aumento de 3,5% que tuvieron en el tercer trimestre.
En septiembre, la remuneración privada promedio fue de 126,5 dólares, mientras que el salario mínimo oficial de 130 Bs, que en marzo equivalía a 30 dólares, a comienzos de octubre producto de la depreciación del bolívar, ha caído 50% hasta los 4,7 dólares, permitiendo adquirir solo un 4% de la canasta alimentaria que supera los 370 dólares.
Agosto: El episodio cambiario.
En pleno boom petrolero, y casi sincrónicamente con el anuncio de los datos de PIB trimestral que hiciera el Banco Central, la brecha entre el dólar paralelo y el oficial, que venía cerrándose desde abril por causa de la depreciación sistemática del tipo de cambio oficial mediante intervenciones cambiarias, comenzó a incrementarse.
La brecha cambiaria aumentó las expectativas de que el dólar oficial ampliaba su rezago, y los agentes, con estructuras de costos dolarizadas y en medio del mar de liquidez que provocó el pago de compromisos del gobierno, junto a una drástica reducción de las intervenciones cambiarias, presionaron la demanda de divisas para marcar la depreciación más profunda en lo que va del año: 36, 3% solo en agosto y 70% en el año.
Fuente: Propia. Datos BCV, Dólar Monitor.
Los Precios.
Las inconsistencias de las fabulosas tasas de crecimiento presentadas por el Banco Central son delatadas por la inflación. La insistencia del BCV en una meta de inflación interanual de 100% en 2022, y su reporte de inflación de solo 8,2% en agosto, acumulando 114% en ocho meses mientras todos los cálculos independientes arrojaron los índices de inflación mensual más altos del año, es, por los menos, un desatino.
Aunque la salida de la hiperinflación a principios de año fue de carácter técnico, la economía aún está en situación de muy alta inflación. Los primeros cálculos independientes de variación de precios de septiembre vuelven a ser de dos dígitos, y estiman un cierre anual sobre el 150%.
Moraleja.
Las inconsistencias entre medidas de política monetaria reavivaron la incertidumbre y la volatilidad del mercado cambiario. Si bien el episodio de agosto dejó al gobierno la lección para administrar esa volatilidad y sus consecuencias inflacionarias, los efectos se realizarán en este último trimestre del año, históricamente de mayor gasto.
La falta de calidad de las cifras de PIB, las dificultades de la recuperación de la producción petrolera y su incidencia en la capacidad de sostener la política de intervención cambiaria, que exige robustas intervenciones desde agosto, no disminuyen las expectativas de que la desaceleración continuará, ni generan mayor confianza.
Una demanda real de bolívares prácticamente nula, y la política de amplia sobrevaluación del tipo de cambio que somete a la manufactura nacional frente a las importaciones, mantienen las distorsiones sobre los objetivos finales de la política monetaria de estabilización de precios, e impiden “entrar a una fase de crecimiento”, como declaró el BCV en agosto, de forma sostenible.