
Por: Isaac Pérez Yunis Y Daniela Velázquez Ruiz
El desarrollo humano es un concepto amplio que se refiere a la mejora de las condiciones de vida de las personas, incluyendo aspectos como la salud, la educación, la igualdad de género, el acceso al trabajo y la protección social; preocupación global que en Latinoamérica se ha abordado desde una perspectiva propia, reconociendo las particularidades de la región, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluye que América Latina se encuentra en una trampa de alta desigualdad y bajo crecimiento dada la concentración y estructuración de poder teniendo como desafíos por tanto, el superar barreras de exclusión social, discriminación y violencia hacia la promoción de una justicia social y pacífica en donde impere la autonomía, libertad y dignidad de todas las personas.
Un proceso de ampliación de posibilidades para elegir de los individuos que tiene como objetivo expandir la gama de oportunidades abiertas a las personas para vivir una vida saludable, creativa y con los medios adecuados para desenvolverse en su entorno social, presenta un enfoque oportuno para la ampliación de capacidades, mismas que le permitan llevar a cabo el proyecto de vida que, por distintas razones, valoran; concepto que enfatiza por tanto la noción de que el desarrollo no se explica únicamente con el ingreso de la población y que esta dimensión no representa la suma total de una vida humana.
Ahora bien, es necesario superar la visión que prepondera al ser humano como único actor responsable de su desarrollo, en cuyo proceso de comprensión y auto-comprensión se produce una serie permanente de acciones y reacciones con otras personas en la búsqueda del perfeccionamiento de sus potencialidades, en cambio es imperante el fortalecimiento de postulados sobre el desarrollo de las libertades y los derechos de los individuos en un encadenamiento virtuoso que va de las dotaciones iniciales con las que cuentan los individuos (materiales, culturales y sociales), el desarrollo de las capacidades individuales, las realizaciones personales (la posibilidad de “ser” y “hacer”) y las oportunidades que ofrece la sociedad para que las personas se realicen de acuerdo a sus objetivos de vida, es decir, la compleja atención de un sistema de corresponsabilidad.
El cuestionamiento por tanto, incita a la reflexión permanente de los espacios tangibles e intangibles construidos hacia la ampliación de oportunidades de los individuos, concientizar en los planteamientos investigativos, enfatizar las estrategias de incidencia social, medir el impacto de la política pública, retroalimentar y rediseñar cuando lo amerite, definir rutas interrelacionadas desde los diversos sectores académicos, productivos, sociales para favorecer con ello el disfrute de una vida prolongada y saludable de todas las personas, su adquisición de nuevos conocimientos y el acceso a los recursos necesarios para una vida plena; un enfoque desde el desarrollo humano implica la atención social multidimensional, continua e integral; los esfuerzos deberán plantearse desde la estrecha relación de la academia, el sector gubernamental, la inicitiva privada y la sociedad demandante de necesidades particulares para su óptimo desarrollo lo que conlleve a una legitima calidad de vida, seguridad y sana convivencia.
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